En esta copa se ha estrenado un balón de la marca Adidas que tiene sensores que registran y envían hasta 500 datos por segundo a los árbitros del VAR. Estas 20 piezas de tecnología que registran cada fuerza que se ejerce sobre la pelota combinadas con un sistema basado en inteligencia artificial que detecta a través de cámaras los movimientos de cada jugador, han revolucionado las revisiones arbitrales.
Ha definido el resultado de varios partidos. Se usó por primera vez cuando le anularon un gol a Romelu Lukaku, jugador de Bélgica, frente a Eslovaquia por una mano de su compañero Loïs Openda. En otros tiempos esto hubiese pasado desapercibido, pero los sensores le privaron al seleccionado belga un gol agónico en los últimos minutos que le hubieran dado el empate.
Este no fue el único partido donde estos sistemas tecnológicos tuvieron un papel importante. Se le anuló un gol a Portugal contra Chequia por fuera de juego y a Suiza ante Escocia. Más recientemente, en octavos de final, se detectó una polémica mano en el área del defensor danés Andersen. El árbitro le concedió el penal a Alemania, Kai Havartz metió el primer gol del partido y el seleccionado alemán pasó a cuartos.
Las innovaciones tecnológicas ganan cada vez más terreno en el mundo de los deportes. Se implementan cada vez más avances como la pelota inteligente para incrementar la precisión en las decisiones cruciales y proporcionar al espectador un partido más fluido y libre de controversias.
